domingo, 11 de enero de 2009

La crisis de 1917

El año 1917 fue un año clave: el cansancio y el descontento dominan tanto en el frente como en la retaguardia: los largos y agotadores años de guerra de trincheras han destruido toda moral de combate, y cada vez son más frecuentes las automutilaciones y los motines; los sacrificios exigidos a la población civil son cada vez mayores, el abastecimiento se reduce y los altos precios llevan a mucha gente a la miseria y al hambre; las posiciones pacifistas ganan adeptos y se convierten en una opción popular.

Un ejemplo ilustrativo: en esta parte de “Senderos de gloria” vemos que, una vez fracasada una ofensiva suicida, el general francés decide castigar de manera ciega a sus hombres, inicialmente intentando disparar a sus propias tropas, luego presentando a algunos de ellos a un Consejo de guerra por cobardía. Actitudes como la de este alto oficial fueron las que provocaron fuertes motines en el frente occidental (por cierto, esta película fue prohibida en Francia y también en la España franquista, por la manera en la que presenta al ejército como una máquina ciega y cruel).



Todo parece pues predispuesto para una revolución, que comenzará por uno de los países más débiles: el estallido de la revolución rusa (febrero-octubre de 1917) se convertirá en un nuevo referente, tal y como veremos en el tema siguiente.
El resto de los gobiernos actuará de una manera básicamente represiva: en Francia y Gran Bretaña aumentan los consejos de guerra contra los soldados rebeldes, así como contra los pacifistas; en Alemania se instaura prácticamente una dictadura militar.
En este fragmento inicial de “Un largo domingo de noviazgo” se ve cómo castigan a una serie de soldados franceses que se han automutilado


Ha habido que esperar a nuestros tiempos para que muchos de los fusilados por cobardía o deserción por sus propios ejércitos (unos 340 británicos, 700 franceses y sólo 50 alemanes) sean rehabilitados. Dos noticias sobre el tema, aquí y aquí

Pero, al mismo tiempo, se cambia la estrategia militar: se frenan las ofensivas sin sentido que sólo provocaban grandes carnicerías; a partir de ahora, las ofensivas son mucho más selectivas y trabajadas buscando más el punto débil del enemigo que no el ataque frontal (los “grupos de asalto” alemanes, pequeñas escuadras de combate, son el nuevo referente).

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