miércoles, 2 de abril de 2008

¿Por qué morir?


Las películas bélicas contienen ciertamente escenas impactantes, de gran intensidad dramática. Sentado en la butaca del cine, observas cómo cientos de jóvenes son heridos o muertos en cruentos combates. El hecho de que – afortunadamente- sea ficción, tal vez nos limita la oportunidad de reflexionar de manera adecuada sobre los hechos que nos narran. Por ejemplo, ¿ por qué se dirigían al frente a luchar y a morir?
La estructura de los estados modernos permite, desde la Revolución Francesa y su levée en masse, conseguir una fuente inagotable de soldados a través de los servicios militares obligatorios y de la movilización de los reservistas. Evidentemente, pues, los soldados iban porque se les obligaba, y ya hemos hablado también de la eficacia de la propaganda, pero, una vez en el frente, cuando se enfrentaban a la cruda realidad en la que podían con gran facilidad ser heridos, mutilados o muertos en aquel océano de explosiones y de metralla que es la guerra moderna ¿ qué mecanismos se establecían para enfrentarse de manera decidida al enemigo, no rendirse, luchar hasta morir, sacrificar la propia vida por los compañeros o por la patria?

Hago referencia a una serie de películas y libros sobre el tema:
- La primera es “Enemigo a las puertas”(2001), dirigida por Jean Jacques Annaud y protagonizada por Jude Law. La primera escena de combate, a las puertas de Stalingrado, es impresionante: los reclutas soviéticos son llevados en tren y trasladados en botes bombardeados por los stukas alemanes a los muelles de la ciudad. Allí se les proporciona, o bien un fusil, o bien sólo unos cartuchos, y se les obliga a enfrentarse así a los bien pertrechados soldados alemanes, que lógicamente provocan una masacre. Cuando los reclutas soviéticos intentar retirarse, una unidad especial de su propio ejército les dispara y mata, en virtud de la famosa Orden 227, conocida como “ni un paso atrás”, que obligaba a que los soldados abatieran a tiros a cualquier compañero que emprendiera la retirada. Stalin declaró también que todos los soldados capturados eran traidores por no matarse en vez de entregarse. Una vez liberados, cientos de miles de estos prisioneros de guerra soviéticos fueron enviados a los campamentos soviéticos de trabajos forzados.
Podéis ver esta escena Como curiosidad, el videojuego Call of Duty se inspiró en esta escena, como podéis ver en http://es.youtube.com/watch?v=rW6LvRiK5tA
- La segunda película es “Cartas desde Iwo Jima” (2006, dirigida por Clint Eastwood). Allí los oficiales y soldados japoneses saben que no pueden vencer, pero que han de provocar el mayor número de víctimas entre los marines norteamericanos para que se replanteen la invasión del archipiélago (cosa que se consiguió, pero a costa de que se decidiera a cambio lanzar las bombas atómicas). Una vez conseguido este objetivo, habían de suicidarse por su emperador, de acuerdo con los estrictos códigos de honor de los guerreros samurai. Realmente, muy pocos soldados japoneses se rindieron en esa batalla (aunque en batallas posteriores cada vez fue más grande el número de soldados que se rendían). Hay una escena en la película realmente dura, cuando un grupo de soldados refugiados en una cueva decide suicidarse haciéndose explotar granadas en su pecho; algunos lo hacen voluntariamente, otros, obligados por la presión del colectivo o del oficial. La tenéis aquí, pero os advierto que puede herir vuestra sensibilidad.
- Una película paralela a Cartas... fue “Banderas de nuestros padres”, también dirigida por Eastwood, que da la versión norteamericana de la batalla y, en especial, la utilización propagandística (para conseguir bonos de guerra) de la famosa fotografía que preside la entrada. En el libro en que se basa la película – y, en menor medida, en la película- se hace una importante mención a la reflexión que estamos haciendo: ¿ cómo unos jóvenes individualistas norteamericanos se convertían en combatientes dispuestos a matar, pero, también, a morir? La respuesta que se da es la estructura organizativa de los marines norteamericanos, distribuidos en pequeñas secciones (platoon) organizadas así prácticamente desde los campos de entrenamiento. Así, el compañerismo entre los miembros del grupo es un aspecto esencial, y el sacrificio, si es necesario, se convierte en una parte esencial de la solidaridad de grupo. El traíler de la película . Sobre esta batalla, consultar también esta página, http://www.iwojima.com/
- La última película es más antigua, El puente (die brücke), una película alemana de 1959. En Filmaffinitty explican el argumento: “Alemania, 1945. Ya no quedan soldados adultos que defender las posiciones, tan sólo adolescentes que han pasado la guerra sin ser lo suficientemente mayores para combatir. Ahora, en una pequeña ciudad, un grupo de jóvenes ha recibido la orden de proteger un pequeño puente. Enardecidos por la posibilidad de defender a su país, y entusiasmados por la ideología nazi de "sangre y honor", los chicos permanecen para defender el puente”. La ví hace bastantes años, y recuerdo que me impresionó. Dos escenas, y en http://es.youtube.com/watch?v=aCsCIul6vrs&feature=related
Para amantes del cine bélico, aquí paso un blog sobre el tema: http://segundaguerramundialenelcine.blogspot.com/

Os recomiendo tres referencias bibliográficas que os pueden ilustrar más estos temas, cada una de ellas sobre un ejército diferente de la Segunda Guerra Mundial:
- La guerra de los ivanes. Ejército rojo (1939-1945) de Catherine Merridale (Debate, 2007).
- Banderas de nuestros padres: la batalla de Iwo Jima, de James Bradley y Ron Powers (Ariel, 2006)
- Kamikazes, de Albert Axell (La esfera de los libros, 2003)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho tu blog se nota que te lo has currado teacher!!






Un Beso tu alumna prefe