El metro de Moscú, cuya primera línea fue construida en el año 1935, es actualmente el primero del mundo por densidad de viajeros. Pero lo que realmente llama la atención en este mundo subterráneo es la belleza de sus estaciones, llenas de dorados, arañas de cristal y obras de arte. Los dirigentes soviéticos decidieron que los palacios, una vez hecha la revolución proletaria, ya no eran de los zares o de los nobles, sino que eran del pueblo. Y esto se transmitió al diseño del nuevo metro moscovita. Otra cosa que llama la atención es la profundidad a la que se alcanza, uno no para de bajar escaleras mecánicas. La razón es en este caso estratégica, ya que aquí se podía alojar la población en caso de bombardeos aéreos.
Os paso un par de enlaces donde podéis admirar la belleza del metro moscovita, lleno además de estatuas, relieves, frescos y mosaicos soviéticos. Son fotos panorámicas y, en uno de los enlaces, se puede girar la imagen en todas direcciones.
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