viernes, 24 de octubre de 2008

Liberté, ¿egalité?, fraternité: La importancia de la propiedad


La imposición del sufragio censitario en la Constitución de 1791(en la imagen, un certificado de "ciudadano activo") demuestra con claridad que la burguesía ha impuesto una igualdad civil pero no una igualdad política. Esta exclusión de los desposeídos se observa claramente en la etapa de Thermidor y el Directorio. Un diputado de la época lo explica así: “tenemos que ser gobernados por los mejores (...) ahora bien, con muy pocas excepciones, sólo podemos encontrar hombres de estas características entre los propietarios, los cuales están arraigados en el país donde tienen la propiedad, defienden las leyes que la protegen y la tranquilidad que la conserva, y deben a esta propiedad la educación que les permite discutir con sabiduría y justicia”.


Esta situación provocará sin duda la denominada Conspiración de los Iguales (1796), cuyos dirigentes fueron detenidos y ejecutados. Destaca Babeuf, quien afirma: "la revolución no ha acabado porque los ricos siguen acaparando todos los bienes y ostentando el poder, mientras que los pobres trabajan y no son nada en el estado (...) no queremos sólo la igualdad inscrita en los derechos del hombre, pedimos la comunidad de bienes; la tierra no es de nadie, sus frutos son de todos” .
Hay un fragmento muy significativo de una película de James Ivory, basada en una novela de Kazuo Ishiguro, llamada "Lo que queda del día" (1993) que refleja esta idea de la superioridad de los propietarios sobre las clases más bajas. Está en inglés, pero esforzaos un poco y pillaréis la idea: uno de los invitados del dueño de la mansión(todos ellos con ideales políticos cercanos al fascismo, ya que la película está ambientada en los años 30) pregunta al mayordomo tres cuestiones realmente muy complicadas sobre politica internacional y su implicación con aspectos económicos o de geopolítica. La respuesta es siempre la misma: "no tengo conocimiento sobre lo que me pregunta". La argumentación del hombre adinerado es: si no saben de eso o de otras cuestiones políticas, ¿por qué han de tener derecho al voto?

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