domingo, 19 de octubre de 2008

Liberté, egalité, ¿fraternité?: La guillotina


La iconografía de la Revolución Francesa está de hecho indisolublemente unida a la utilización de un siniestro artefacto diseñado para las ejecuciones capitales y ampliamente utilizado en este período histórico, especialmente durante el período del Terror: la guillotina.


Pero, paradójicamente, también podemos considerar la guillotina como un invento propio de época y de sus ideales revolucionarios: el doctor Gullotin se proclamó, ya desde su época como diputado de la nueva Asamblea Constituyente en 1789, un firme defensor de esta máquina (que ya existía, pero que tomó su nombre al popularizarse), por dos razones: en primer lugar, por la injusticia que suponía que la desigualdad social típica del Antiguo régimen se mantuviera también en las ejecuciones (un noble podía escoger entre la muerte bajo la espada o el hacha; pero el ciudadano del Tercer Estado agonizaba en una rueda y, luego de ser "quebrado vivo", moría en la horca o descuartizado; el falsificador de monedas era arrojado a una caldera hirviente y el hereje, quemado vivo en la hoguera); en segundo lugar, buscar un método más "humanitario" para matar a las personas, y la decapitación, "a través de un simple mecanismo", parecía el sistema más rápido, evitando agonías innecesarias.


En 1792 fue finalmente aprobada su utilización, y varias personas ayudaron en la mejora de la máquina (entre otras, curiosamente, Luis XVI, quien poco después probaría sus aportaciones). La última muerte ocasionada por la guillotina fue en 1977, y en 1981 se abolió finalmente la pena de muerte en Francia.




La pena de muerte sigue hoy en día activa en muchos países. Una campaña de Amnistía internacional en su contra, aquí

2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
HITLER dijo...

LO USO A MENUDO. +10