Rosa Montero escribía hace unos años en su “Historia de las Mujeres” (1996): “A mediados del siglo XIX aparece la cuestión de la mujer, es decir, la mujer aparece por vez primera como un problema social como consecuencia de la Revolución Industrial, que había acabado con la familia tradicional. Antes, las amas de casa estaban supeditadas al hombre, pero llevaban el peso de un gran número de actividades: hacían conservas, salaban pescado, confeccionaban la ropa de la familia, cuidaban la huerta y los animales, fabricaban jabón y velas, cuidaban de la salud de toda la familia. La Revolución Industrial, poco a poco, le quitó todas estas atribuciones: el jabón se compraba en las tiendas, la salud pasa a manos de los médicos, la población vive en las ciudades. La mujer se quedó sin un lugar propio en ese mundo.
Fueron tiempos muy duros para las mujeres: las de clase baja se reventaban en turnos fabriles de dieciséis horas, y además habían de parir y llevar el hogar. Las de clase media y alta quedaban atrapadas en una jaula de oro. Esto explica, por ejemplo, la proliferación de la clorosis, nombre antiguo de la anemia, entre las mujeres de la segunda mitad del XIX, fruta de la insana moda del corsé, de los encierros en el propio hogar y de la falta de perspectivas vitales”.
Efectivamente, la vida de la mujer burguesa estaba realmente muy limitada, tal y como queda reflejado también en la literatura de la época: heroínas de novela, como Ana Ozores (La regenta), ven cómo son casadas en matrimonios concertados con hombres mayores, cómo, encerradas en casa, apenas pueden salir – eso sí, siempre acompañadas- de casa. Atrapadas también en una ropa incómoda, expulsadas de los centros de saber, pocas son las opciones que les quedan a estas mujeres: Ana Ozores se debatirá entre la religión o su amistad con un galán, pero nunca quedará satisfecha. Otras mujeres de las novelas – Madame Bovary, Anna Karenina, las bostonianas- buscarán otras opciones vitales.
Un interesante juego sobre los derechos de las mujeres victorianas, en http://www.bbc.co.uk/history/british/victorians/launch_gms_womens_rights.shtml
Fueron tiempos muy duros para las mujeres: las de clase baja se reventaban en turnos fabriles de dieciséis horas, y además habían de parir y llevar el hogar. Las de clase media y alta quedaban atrapadas en una jaula de oro. Esto explica, por ejemplo, la proliferación de la clorosis, nombre antiguo de la anemia, entre las mujeres de la segunda mitad del XIX, fruta de la insana moda del corsé, de los encierros en el propio hogar y de la falta de perspectivas vitales”.
Efectivamente, la vida de la mujer burguesa estaba realmente muy limitada, tal y como queda reflejado también en la literatura de la época: heroínas de novela, como Ana Ozores (La regenta), ven cómo son casadas en matrimonios concertados con hombres mayores, cómo, encerradas en casa, apenas pueden salir – eso sí, siempre acompañadas- de casa. Atrapadas también en una ropa incómoda, expulsadas de los centros de saber, pocas son las opciones que les quedan a estas mujeres: Ana Ozores se debatirá entre la religión o su amistad con un galán, pero nunca quedará satisfecha. Otras mujeres de las novelas – Madame Bovary, Anna Karenina, las bostonianas- buscarán otras opciones vitales.
Un interesante juego sobre los derechos de las mujeres victorianas, en http://www.bbc.co.uk/history/british/victorians/launch_gms_womens_rights.shtml
3 comentarios:
Me gusto la información y me ayudo con un tema de la escuela.
GRASIAS
ESTIMADOS HERMANOS:
Solicito a la transicion divina del chamán comunista de mi alimentacion financiera de banquetes del blog de las sectas (lassectas.blogspot.com) con la aristocracia burguesa por el capitalismo de los Estados Unidos de América consagrada divinamente por el Dorado apache con el chamán comunista de mi alimentacion financiera de banquetes con la aristocracia burguesa por el socialismo de Rusia soviética por los países bélicos de la tercera guerra mundial consagrada divinamente por la iglesia ortodoxa rusa y con el chamán comunista de mi alimentacion financiera de banquetes con la aristocracia burguesa por el comunismo de Venezuela por las 13 abuelitas indígenas del mundo consagrada divinamente por la religion mariche venezolana. Tales chamanes deben estar consagrados divinamente en el satélite trial de la intercesion pública de mi alimentacion financiera de banquetes con la aristocracia burguesa.
Atentamente:
Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
Documento de identificacion personal:
1999-01058-0101 Guatemala,
Cédula de Vecindad:
ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
Ciudadano de Guatemala de la América Central.
Las mujeres de la burguesia de esa epoca, al estar todo el tiempo en su casa, que hacian? Puede ser que tenian una educacion muy centrada en las artes, como las damas de compania de la epoca?
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